viernes, 8 de febrero de 2008

POR EL PÁRAMO DEL FRÍO

LA CORNISA

POR EL PÁRAMO DEL FRÍO
Carmelo Romero Salvador. El Mundo / Diario de Soria, 26 de enero de 2008.

- Como haga lo que me dice, agarrará una pulmonía de las que llevan a la tumba. No espere que alguien le vaya a traer ropas de abrigo y ya veo que no se hace usted idea de ¡cuánto frío hace en el páramo!
Eso dijo un preboste veterano de la España de la Restauración a un joven diputado que, “por un quítame allá esas pajas”, estaba decidido a salirse del partido conservador y a seguir en la política de por libre. En la metáfora de la soledad y de la pulmonía vio el joven el futuro político que le aguardaba y decidió... continuar en el partido. Al fin y al cabo, le iba a resultar más soportable tragarse de cuando en vez agravios ajenos y pedazos de conciencia propia que quedar a la intemperie. En aquella España, para quienes querían hacer carrera política, todo lo que no fuese partido conservador o partido liberal era “páramo de frío”, soledad de pulmonía.
En la actual España democrática la mayoría de las provincias son también, en cuanto a las elecciones generales y de cara a la obtención de escaños, páramos para todo aquello que no esté encabezado por las siglas del Partido Socialista o del Partido Popular. En realidad, salvo algunas de las pocas provincias que superan con cierta largueza el millón de habitantes y algunas otras en las que se han desarrollado con fuerza partidos nacionalistas, todo es reparto entre estos dos partidos. A ello ha contribuido, desde luego y sobre todo, el voto de los ciudadanos a lo largo de estos treinta años de democracia, pero también una ley electoral que prima a los grandes y merma a los pequeños y que, en la práctica, convierte a las circunscripciones pequeñas en puro bipartidismo, mesas de sólo dos patas. De ahí que, en la mayoría de las provincias, las elecciones generales tengan, como las malas novelas policíacas, poco misterio. En Soria, ninguno.
Aquí, si de lotería se tratase, ya es sabido que el primer premio, esta vez más reducido, será para el PP –un diputado y tres senadores- y el segundo- un diputado y un senador- para el PSOE. De ellos, de quienes se llevarán los “premios gordos”, ya hemos venido tratando; aventurando nombres, que se han confirmado, y resultados que previsiblemente se confirmarán el 9 de marzo. Pero quedan, claro está, en la lotería electoral, las pedreas, los reintegros y ¡ay! los décimos sin premio alguno. Son los que corresponden a los partidos “del páramo y del frío”.
Quien ha decidido no “comprar décimo” ha sido IDES al comunicar que no se presentará a las elecciones del 9 de marzo. No tiene nada de sorprendente, pero sí de paradójico. Las convocatorias electorales son a las organizaciones políticas lo que las aguas y los soles de otoño a las setas. Siglas de las que no se tienen noticias durante cuatro años aparecen al reclamo de las convocatorias en busca de voz, notoriedad, expansión y subvenciones. ¿Cuántos partidos, organizaciones, grupos y grupúsculos se presentarán el 9 de marzo? Muchos; pero entre ellos no estará IDES. ¿Motivos? Al decir de sus dirigentes, Luis Miguel Bonilla y José Antonio Leal, la causa principal se debe a que Soria ha perdido un diputado y que ello es achacable a los dos partidos mayoritarios, PSOE y PP.
Decepcionan, a mí al menos, argumentos tan inconsistentes y comentarios tan simplistas, sobre todo porque son los partidos pequeños los que se deberían autoexigir intentar elevar los niveles de análisis, de concienciación política, de alternativas y, también, de seriedad.
Seamos claros: IDES no tiene ninguna posibilidad de obtener escaño en el Congreso. Ni tiene posibilidades habiendo dos diputados, ni las tendría aunque hubiera tres, ni tampoco aunque hubiera una docena. De hecho tampoco tiene posibilidades, ni de lejos, para el Senado en el que Soria tiene, como todas las demás provincias, cuatro representantes. IDES no nació, sus siglas lo indican, con ánimo de rebasar las fronteras de una provincia extensa en kilómetros y muy corta en número de habitantes. Pero en realidad hasta la provincia le está viniendo grande, pues apenas si ha salido de las estrechas lindes de la propia capital. Es ahí, en su Ayuntamiento y por la igualdad entre PSOE y PP, donde sus dos concejales tienen una importancia cualitativa muy superior a la de su exiguo número, dado su papel de charnela entre las dos valvas. De cómo utilicen la charnela dependerá su futuro como organización y también, lo que es más importante para la colectividad, la actuación del Ayuntamiento de la ciudad.
Pero IDES, políticamente, es poco más que eso: dos concejales que pueden decidir en cualquier momento el quién de la alcaldía y las pautas del gobierno del Ayuntamiento. En unas elecciones generales, sin embargo, IDES ni pincha ni corta. Es más, su decisión de no ir, por encima de cualquier otra consideración, es pura necesidad. Y no me refiero a los gastos y los esfuerzos que toda campaña electoral conlleva. Es, sencillamente, que sus votos en las municipales provienen, en buena medida, de descontentos con los dos grandes partidos políticos, y no proclives a Izquierda Unida, y que, en no pocos casos, un día van a unas siglas y otro a otras. En estas Generales, ese voto de descontentos, ese “páramo del frío”, va a tener varios aspirantes. Entre ellos y de forma muy especial, además de Izquierda Unida, el partido de Rosa Díez y Fernando Savater, UPD, que aquí encabeza Álvaro de Marichalar, y Ciudadanos, de Albert Rivera, con Alfonso Garzón, como número uno al Congreso, y Jesús de Lózar al Senado. Ambos partidos tienen, entre otras cosas, rostros nacionales y candidaturas en todas las provincias. Por tanto, tendrán espacios relativamente amplios en los medios de comunicación.
Disputado así su posible espacio, ¿dónde iba a ir IDES? De ahí que haya hecho, más que lo conveniente, lo necesario para sus intereses: quedarse en casa. Lo que no se sostiene es el motivo aducido. La credibilidad se gana cuando lo que se dice resulta, al menos, mínimamente creíble. En este caso, ni eso. Ah, y dada su filípica a los representantes sorianos del PSOE y del PP convendrá repetir una vez más lo ya dicho en este espacio: el voto para el Congreso de cada elector censado en esta provincia, pese a la actual reducción de un diputado, tiene todavía el doble de valor que el de un madrileño o un barcelonés y, para el Senado, el de una sesentena, nada menos, de electores madrileños o barceloneses. Unas elecciones generales determinan el Parlamento y el Gobierno de la Nación y los votos de los ciudadanos, de todos y cada uno de los ciudadanos, deberían tener, al menos para el Congreso, el mismo valor. Una persona, un voto; ése es el primer principio de la democracia. Otra cosa es que, desgraciada y conservadoramente, no se cumpla.
Una formación política, IDES, contemplará desde la balconada de Pilatos lo que sucede en el momento político de mayor importancia en todo país: las elecciones generales. Luego, evitado el batacazo, en función de lo que suceda en España y en Soria capital, definirá su actitud en el Ayuntamiento.
Por nuestra parte, sabedores de lo duro que resulta intentar en política emerger entre los hielos del páramo, nos ocuparemos de esos otros partidos IU, Ciudadanos y UPD en una próxima Cornisa. Siempre y cuando no nos hallamos -¡Atchísss!- quedado helados.
cromero@unizar.es

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