Quisiera hacer algunas sugerencias sobre el sistema de venta de abonos del Otoño Musical Soriano basadas en el sentido común y en colocarse en el lugar de las personas que, como yo, hacemos cola para comprar esas entradas.
De entrada, una propuesta muy sencilla: para evitar el desplazamiento a la Casa Consistorial con el fin de obtener el volante de empadronamiento que permite disfrutar de un descuento del 10 %, se podría conectar el ordenador de la taquilla de venta de entradas con el sistema informático municipal o, simplemente, que en el PC de la taquilla estuviera instalado el censo que permita testar a la persona que desea obtener esa bonificación. No creo que sea muy complicado en pleno siglo XXI, en la era de las nuevas tecnologías y de la TDT. Pero si no fuera posible, se podría adelantar ese día media hora el servicio de atención al público en el Ayuntamiento, empezando a las 8:30 horas de la mañana, en lugar de a las 9:00 como es actualmente (y no llegues ni un pelo antes, porque no te atienden), para poder obtener esa certificación.
Ahora bien, la revolución ciudadana, lo que desearíamos todos los que hacemos la cola, es que empezara antes la venta de entradas. ¿Por qué a las 10:00 horas? (Ya puestos, podía empezar a las 13:00 horas y así nos tomábamos unas cañas mientras esperábamos. A ver, ¿por qué a las 10 de la mañana y no a la una de la tarde?.) Proponemos empezar a las 8:30 horas –coincidiendo con nuestra propuesta de apertura de la oficina de atención al público en el Ayuntamiento– si fuera imposible realizar la conexión entre los servicios informáticos de Estadística Municipal y los de venta de entradas. También podemos empezar a las 8:00 h. Los del abono somos tempraneros y trabajadores, muy trabajadores, cada uno en sus cosas. Perder una media de dos horas y media de trabajo es mucho perder. Debería adelantarse el horario para perder el mínimo tiempo de trabajo (y todo esto teniendo en cuenta que nos turnamos entre familiares y amigos). Y luego hablamos de la crisis, de aumento de la productividad y tal y tal.
Por último, pero no por ello menos importante: ¿no se podían instalar algunos bancos para poder sentarse –no para sacar dinero, que en la taquilla ya funciona la tarjeta de crédito– en algún sitio cercano de la plaza Mayor? ¿Dónde quedaron aquellos poyos corridos situados en los edificios principales de nuestras plazas, en los atrios de las iglesias y en otros lugares de reunión? Se afirma en el corrillo de la cola que ilustre soriano de a pie y de edad ha habido que en esta ocasión ha tenido que transportar su sillita desplegable para hacer más ligera su espera desde las 6:30 horas de la mañana. ¿Hay derecho a esto?
Jesús de Lózar.
Ciudadanos de Soria – Partido de la Ciudadanía.
domingo, 14 de septiembre de 2008
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